jueves, 29 de mayo de 2014

Poder(es) y violencia(s) en “Bodas de sangre”

Bodas de sangre no es solo una historia, son muchas, Madre que perdió a su hijo y a marido, Mujer abandonada y deshonrada  por su  marido,  Novia sin derecho a elegir marido, Padre con mujer e hija con mala fama… Al fin y al cabo todas tristes y manchadas con sangre.

Sagrada Virgen del MarMadre de los afligidos,Dame tu divina graciaDe corazón te lo pido,Para poder relatarEl crimen más vengativo (bis)Que ha visto la humanidad. En la provincia de AlmeríaPor toda España es nombrado,Hay un pueblo de importanciaEl cual es Níjar llamado.
(Fragmento del Romance anónimo sobre el crimen de Níjar)
La violencia es omnipresente en la obra de Lorca, dado que está inspirada en el crimen real de Níjar, su título “sangriento” y su trama. Ya en el primer cuadro se menciona crímenes del pasado, pero que siguen presentes en la memoria y la vida de la Madre “No callaría nunca. Pasan los meses y la desesperación me pica en los ojos y hasta en las puntas del pelo.” También desde el principio se ve el presentimiento de la Madre, de una tragedia cercana.

“Ha llegado otra vez la hora de la sangre.” (Madre)

La obra está llena de símbolos de violencia como navajas, cuchillos y sangre. Esos símbolos aumentan la resonancia de lo violento, hacen que el público lo siente con todos sus sentidos. No obstante, la violencia física va acompañada con otras. La Novia y Leonardo violan normas sociales, no respetan los lazos matrimoniales y la Novia desobedece al Padre. Desde la perspectiva contemporánea se podría hablar también de la violencia de género pero este tema tocaré hablando del poder patriarcal.

Lorca en varias obras, especialmente en La casa de Bernarda Alba nos muestra la penosa situación de mujer. Lo que llama la atención es la omnipresencia del poder patriarcal, como por ejemplo en el caso de la Novia que no tiene derecho a elegir su marido y tiene que cumplir con los deseos de su padre u otro caso de la Mujer de Leonardo que a pesar de muchas sospechas de la infidelidad de su marido lo consiente o intenta engañarse a sí misma. Sin embargo, mayoría de estas mujeres no solo acepta vivir en este sistema patriarcal sino también lo apoya, especialmente se ve esto en comentarios de la Madre: “Que me gustaría que fueras una mujer. No te irías al arroyo ahora y bordaríamos las dos cenefas y perritos de lana”, “Sí, pero que haya niñas. Que yo quiero bordar y hacer encaje y estar tranquila”, “Las niñas no salen jamás a la calle.” “[…]que sienta que tú eres el macho, el amo, el que mandas.” Eso nos muestra que según este sistema la vida de mujer se reduce a bordar, ocuparse de casa y girar alrededor de su marido y sus deseos. Se ve la fuerza de este poder que reina sobre la Novia hasta día de su boda cuando gana la frustración, la pasión amorosa y se rompen las cadenas del miedo y de la obediencia.

Pero el poder que vence todo y no teme ni a la muerte que se apropia del cuerpo y de la razón es la pasión amorosa… No hay quien gana la lucha contra ella.
“Yo no quería. ¡Tu hijo era mi fin y yo no lo he engañado, pero el
brazo del otro me arrastró como un golpe de mar, como la cabezada de un mulo, y me
hubiera arrastrado siempre, siempre, siempre, siempre[…]” (Novia)

Las pasiones amorosas se apoderan de la Novia y de Leonardo conduciéndoles hasta un final trágico. La historia parece escrita con la sangre de los amantes.
http://www.elperromorao.com/category/galeria-de-imagenes/page/48/




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martes, 27 de mayo de 2014

Luna, cuchillo, caballo, agua… Símbolos lorquianos

La creación de Federico García Lorca está llena de los símbolos lo que añade a sus obras una dimensión especial. Flores, colores, hierbas, sangre y otros, no son simples objetos o decoraciones, en realidad traen varias connotaciones ampliando el mensaje de la obra. Lorca quería que sus obras fueran percibidas con todos los sentidos y lo logró con mucho éxito en Bodas de sangre, pero detrás de estos instintos básicos se esconden varios símbolos, que dejan una variedad de interpretaciones.

olfato: "tu padre, que me
olía a clavel"
vista:  (fragmento de las didascalias) "Habitación pintada de rosa con cobres y ramos de flores populares."
oído:  (fragmento de la canción de cuna, cantada por la suegra)
"Nana, niño, nana
del caballo grande
que no quiso el agua.
El agua era negra
dentro de las ramas."
sabor: "y es lo mismo (entre dientes) Félix que llenárseme de cieno la boca (escupe), y tengo que escupir, tengo que escupir por no
matar."
tacto: "hazle una caricia que le produzca un poco de daño, un abrazo fuerte, un mordisco y luego un beso suave."

http://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero26/lorca.html


Voy a concentrarme en cuatro símbolos que aparecen en Bodas de sangre entre otros. Sin embargo, hay que tener en cuenta que un símbolo no tiene un significado fijo, depende del contexto, de la escena y de la interpretación. Además muchas veces los símbolos aparecen en los grupos.

CUCHILLO:
El cuchillo aparece como un símbolo de violencia y muerte, ya en el primer cuadro se ve como aterroriza a la Madre, trayéndole recuerdos dolorosos.

Dice la Madre: "La navaja, la navaja... Malditas sean todas y el
bribón que las inventó."

 No se lo muestra como una herramienta cualquiera sino una creada para quitar la vida o herir, un símbolo de violencia en sí.
"Las patas heridas,
las crines heladas,
dentro de los ojos
un puñal de plata."

El cuchillo es un objeto circular de la obra. Aparece en la primera escena, como causa de tragedias pasadas y visión de tragedias futuras, y cierra la obra donde la previsión se cumple.

"[...]con un cuchillito
que apenas cabe en la mano,
pero que penetra fino
por las carnes asombradas
y que se para en el sitio
donde tiembla enmarañada
la oscura raíz del grito."

AGUA:
El agua muy a menudo se muestra como algo peligroso, especialmente cuando aparece acompañada con adjetivo “negra”. En la canción de cuna aparece al lado de otro símbolo el caballo (fuerza, erotismo masculino)  que no quiere beber. Parece una adivinación de que va a pasar algo malo y aunque al principio el caballo no quiere beber, termina haciéndolo. Podría ser analogía de Leonardo que pierde la lucha contra sus deseos y pasión amorosa.

Pero en el cuadro segundo, el de la boda, agua tiene otra connotación:
"Giraba,
giraba la rueda
y el agua pasaba,
porque llega la boda,
que se aparten las ramas
y la luna se adorne
por su blanca baranda."

Podría ser que se la asocia a la vitalidad, ya que matrimonio es como una nueva vida. También la luna aquí puede simbolizar la fecundidad, dado que acompaña a los novios en la noche de boda.

No obstante cuando se trata del agua estancada: “dura y fría, el agua de los estanques”, se refiere a la muerte.

CABALLO:
El caballo ya he mencionado antes porque como he dicho muchas veces varios símbolos aparecen juntos. El personaje de Leonardo, único con nombre, el motor” de la obra, muestra mucho parecido a la figura de caballo como símbolo de erotismo masculino, de un fuerte instinto sexual.

Dice la Mujer: "Sí, pero le gusta volar demasiado. Ir de una cosa a otra. No es hombre tranquilo."

Leonardo se deja llevar por sus deseos sin pensar en las consecuencias, bebe el agua negra”.

LUNA:
La luna también puede tener significado ambiguo. Por un lado la fecundidad, ya que acompaña a los novios en la noche de boda, por otro la muerte o la ayudante de la muerte, dado  que su luz puede traicionar a los amantes fugitivos: Cuando salga la luna los verán” o “¡Ay luna mala! Deja para el amor la oscura rama.”


La riqueza de los símbolos en la obra es seguramente uno de los factores que influyó en la alta calidad artística de la obra. Además los símbolos crean un mundo paralelo al mundo literal pero mucho más profundo, complejo, lleno de ambigüedades y misterios.

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lunes, 26 de mayo de 2014

Don Álvaro y Don Alfonso, los endemoniados

Don Álvaro un personaje incomprensible, misterioso, alienado y reñido con el mundo. Más de una vez rechaza el canon moral motivado por las pasiones. En la última jornada de la obra se disfraza con hábito de fraile franciscano en un intento de purificar su alma. Pero haga lo que haga, se esconda donde se esconda, será encontrado por el fatum. Parece que Dios le haya abandonado y no responde a sus oraciones.  

El lector o espectador presiente un final fatal en los comentarios de Hermano Melitón: 
“Tiene cosas muy raras […] Cuando se hizo fraile de nuestra orden el demonio[…]  Y se me ocurre si el Padre Rafael será alguna cosa así[…] pues tiene unos repentes, una fuerza, y un mirar de ojos…”

El triunfo de Satán, Jan Matejko
http://myvimu.com/exhibit/23357117-jan-matejko-triumf-postepu-nr-5

También el comentario de don Alfonso nos muestra una visión satánica de don Álvaro: “[sobre Don Álvaro] El del infierno”.

A lo largo de la obra se ve la soledad del protagonista, especialmente a la hora de elecciones difíciles (amor o respeto a normas sociales, matar a su amigo o seguir viviendo para encontrar a su amada, etc.). A pesar de que todas sus elecciones resultaron desafortunadas, fueron tomadas en nombre de pasión amorosa o defensa de su honor. Es decir, sus intenciones eran siempre buenas y, a pesar de todas desdichas, don Álvaro permanecía fiel a Dios.

Pero todo tiene sus límites, la tensión se va acumulando y la trágica muerte de su amada fue la gota que colmó el vaso, “muere” padre Rafael y nace Anticristo: “Yo soy un enviado del infierno, soy el demonio exterminador...”. ¿Por qué este brusco giro hacia Satán? Uno de los poetas polacos del siglo XIX, Stanisław Przybyszewski, describió a Satán así : “El dios de los insatisfechos y de los ambiciosos, el dios de los excomulgados, de aquellos que buscan porque buscar significa perder a Dios” (traducción propia). Don Álvaro no paraba de buscar a su amada y la recuperación de su honor, buscaba su felicidad a pesar de todos los inconvenientes. Fue la frustración y el hecho de ser olvidado por Dios que lo llevó a tal estado.

En el satanismo de LaVey por ejemplo no se excluye la existencia de Dios, sino se lo percibe como un factor equilibrador, una fuerza poderosa impersonal que no se preocupa por el sufrimiento humano. Como en la obra de Duque de Rivas donde todos los personajes parecen abandonados por Dios.

Don Álvaro convertido al final de obra en un "personaje luciferiano"  mantiene un diálogo polémico con la tradición, en busca de encontrar un nuevo sentido de la vida y nuevo sentido del cristianismo.
Anteriormente he dicho que es el destino que conduce a don Álvaro a tal final trágico, pero hallo otra interpretación. Don Álvaro puede ser una herramienta (inconsciente) en las manos del Diablo que se sacrifica por una idea que resulta ser ilusoria. Satán conoce la condición humana ya que estaba en una parecida, por eso sus acciones y tentaciones son tan eficaces. Apoya a don Álvaro en su rebelión y en su búsqueda (gana todos los duelos). Además el protagonista en su frustración y dolor le niega a don Alfonso su última confesión. Sin embargo, el protagonista acaba autodestruyéndose.

No obstante no es el único personaje con rasgos satánicos en la obra, hay otro que también en la quinta jornada aparece paradójicamente vestido de monje, Don Alfonso. Un personaje cegado por el deseo de la venganza. Dice don Álvaro: “Hombre, fantasma o demonio, que ha tomado humana carne para hundirme en los infiernos, para perderme...”. No estaba muy equivocado en decirlo don Álvaro ya que por la cadena de desdichas (él hierre a don Alfonso, don Alfonso mata a doña Leonor, don Álvaro se suicida) acabará en el infierno, teniendo en cuenta que en el mundo cristiano quitarse la vida cierra la puerta del Cielo.

Las escenas de última jornada se nos muestran como una imagen llena de contrastes, dos personajes con características satánicas vestidas de personas religiosas y una serie de crímenes en un convento.  ¿Un juego del destino, una herramienta de Satán, un castigo de Dios?


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domingo, 11 de mayo de 2014

Don Álvaro, el alma atormentada


http://insulabaranaria.files.wordpress.com/2013/12/leonardo_alenza_-_sc3a1tira_del_suicidio_romc3a1ntico_museo_romc3a1ntico_madrid_c-_1839.jpg


Don Álvaro es un héroe romántico del drama Don Álvaro o la fuerza del sino de Duque de Rivas estrenada en 1835. El monólogo de Don Álvaro al principio de la tercera escena de tercera jornada es lleno de sufrimiento y expresa el dolor de su existencia.  Desprecia su vida que le parece una carga insufrible” y compara el mundo con la cárcel. Se ve como una víctima de fatalidad dado que nació “en signo terrible”. A lo largo de su vida llena de desventuras pasó solo un día feliz, fue cuando conoció a Doña Leonor. Sin embargo, por este momento de felicidad tiene que pagar el resto de su vida. Muestra el destino como una fuerza fatídica, cruel sin piedad que juega con su vida, que aunque corta, con tantas desdichas parece una eternidad. El protagonista menciona a Sevilla, la ciudad donde se arruinó su vida, donde cambio el rumbo su destino dirigiéndolo hacia destrucción. Don Álvaro pide ayuda a Doña Leonor igual como si la hubiera pedido a la Virgen María, atribuyéndole santidad. Parece que no queda nada en este mundo lo que le importe y único que desea es morir. Como su única liberación ve la muerte que es un camino difícil ya que tiene que conseguirla luchando.


Los juegos del destino continuarán…


El hecho de que ambos personajes, Don Álvaro y Don Carlos, dos enemigos, ocultan su verdadera  identidad conduce a que llegan a ser amigos íntimos. Nace una nueva esperanza de que todo todavía puede salir bien. No obstante, es otro juego cruel del destino. Crecen el suspense y el presentimiento de la cercanía de la tragedia. Al público no le espera un final feliz Don Álvaro dice: “o él o yo solo en el mundo. Pero imposible en él ambos”.


¿Cómo descubrió Don Carlos (ocultándose tras el nombre de Don Félix)  la verdad sobre Don Fadrique de Herreros (Don Álvaro)? Primero, el momento en el que Calatrava mencionada por el hermano de Leonor provocó un gran temor en Don Álvaro y despertó primeras sospechas en Don Carlos. Pero lo que finalmente desveló el secreto fue la “caja misteriosa, del destino urna fatal”, “caja fatal de Pandora” y nunca mejor dicho. Una caja con retrato de Leonor, confiada en secreto a un amigo. Todo envuelto en misterio, en promesas y en cuestiones de honor.

¿Fue una coincidencia? Ya sabemos que no. En esta obra de Duque de Rivas hay un protagonista oculto y quizás el más importante, el destino, en cuyas manos los otros parecen títeres manejados según su antojo.